martes, 14 de abril de 2015

Celulitis: qué es y quién la padece

La celulitis es un trastorno local del metabolismo del tejido subcutáneo que provoca una modificación de la figura y una alteración de la topografía de la piel, dándole la apariencia característica de ‘piel de naranja‘. Estos cambios en la piel de determinadas zonas del cuerpo se producen de forma progresiva.La prevención(que es importante y fundamental) o el tratamiento específico cuando ya está instaurada supone una consulta frecuente en las oficinas de farmacia. Es una de las preocupaciones estéticas de la mujer actual

Una primera especificación del término celulitis es que hace referencia a distintas fisiopatologías:
·         Celulitis infecciosa: Es un proceso agudo inflamatorio de origen infeccioso que afecta a la dermis y al tejido celular subcutáneo. Puede afectar a cualquier parte de la superficie cutánea, y a menudo se produce como consecuencia de pequeños traumatismos o sobre heridas y/o lesiones previas.
Esta celulitis, generalmente producida por Streptococcus spp. o Staphylococcus spp., puede afectar a toda la población, desde niños hasta ancianos, y es una patología con graves consecuencias para la salud que debe tratarse médicamente.
·         Celulitis: Se conoce con los términos médicos de paniculosis, lipodistrofia ginoide, Paniculopatía EdematoFibroEsclerosa (PEFE) o, en terminología popular, “piel de naranja”.
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Diagnóstico

Para el diagnóstico de la celulitis aún se toma como referencia la tétrada de Ricoux, descrita en 1956. Así, en la palpación de la zona donde queremos evaluar la presencia de celulitis deben aparecer estos cuatro síntomas:

1.     Aumento de grosor de la piel
2.     Aumento de la consistencia de la piel
3.     Aumento del dolor y la sensibilidad de la zona
4.     Disminución de la movilidad de la piel
A esta tétrada se le añade que la zona afectada también suele estar más fría, debido a que tiene menor riego sanguíneo. Y, por último, el aspecto de “piel de naranja” es un marcador evidente de celulitis.
Adicionalmente, aunque no necesaria para el diagnóstico, sí que es característica la localización de las zonas con los síntomas mencionados.
Estos suelen ser: en la región pélvica, miembros inferiores y región abdominal.
La escala de Nürnberger-Müller, propuesta ya en 1978, valora a la paciente de pie y tumbada mediante la palpación de toda el área celulítica, pellizcando la piel para observar la aparición de la ya nombrada “piel de naranja”, nódulos, o placas duras. El seguimiento de la paciente se realiza mediante imágenes de la zona celulítica convencionales.
Esta escala atribuye una gradación de 1 a 3 a la gravedad o etapa de evolución de la celulitis, que coinciden con modificaciones histológicas que describiremos posteriormente como “Grados de celulitis”.
·         Etapa 1: La piel no presenta hoyuelos espontáneamente, pero sí cuando la paciente se pellizca en la zona. Tras la compresión de la piel (pellizco) o la contracción muscular (por ejemplo, contracción de los glúteos) se observa palidez, descenso de la temperatura y disminución de la elasticidad. No hay alteraciones en el relieve de la piel en reposo (sin contracción muscular o sin pellizcar).
·         Etapa 2: La zona presenta hoyuelos espontáneamente cuando la paciente está de pie, pero no cuando está acostada. Se observa una piel con aspecto acolchado y/o piel de naranja incluso en estado de reposo. En la palpación se aprecia una sensación de granulación en la dermis profunda y dolor.
·         Además, hay menor elasticidad, palidez y descenso de la temperatura de la piel.
·         Etapa 3: Los hoyuelos están presentes espontáneamente cuando la paciente está de pie y cuando está acostada. nódulos más palpables, visibles y dolorosos, adherencia a los niveles más profundos de la dermis y una apariencia ondulada de la piel.

Cómo evoluciona la celulitis

Cuando la celulitis se instaura, se producen modificaciones estructurales en la piel que son responsables de los síntomas y apariencia de las zonas del cuerpo con celulitis.
Estas modificaciones se producen de forma progresiva, de la siguiente manera:
·         Fase edematosa:
o    Retención de líquido en el tejido conectivo.
o    Posteriormente se forman los micronódulos (8-10 adipocitos-grasa).
·         Fase esclerosa:
o    Los lóbulos de grasa se ’envuelven’ de fibras conjuntivas y aumentan de tamaño (macronódulos).
o    Los macronódulos alteran la circulación sanguínea y retienen líquido, empujando hacia arriba la epidermis (zonas abultadas en la ’piel de naranja’).
o    Las fibras conjuntivas envejecen y se retraen, tirando hacia el interior los puntos de anclaje (zonas hundidas en la ’piel de naranja’).

Aparte de estas medidas básicas existen una serie de tratamientos que pueden mejorar el problema de la celulitis:
·         Cremas anticelulíticas: deben contener sustancias que estén involucradas en la microcirculación, el tejido graso y el tejido conectivo. Es muy importante que se apliquen correctamente realizando un masaje ascendente y circular sobre las zonas afectadas.
o    La cumarina, ruscus, flavonoides y rutina son utilizadas en las celulitis edematosas y blandas. En este tipo de celulitis es aconsejable el uso de estas sustancias drenantes, en forma de geles fríos. 
o    La carnitina, extracto de alcachofa y cafeína son sustancias reductoras. Las cremas reductoras con efecto calórico son efectivas en aquellas celulitis con gran componente graso. Aunque hay que evitar su uso en personas cuya piel presente una gran flacidez, en aquellas que padezcan una celulitis edematosa, y también en el caso de que tengan alterado el retorno venoso.
·         Masajes: tienen que ser aplicados por profesionales, con constancia, para obtener buenos resultados, especialmente en el caso de la celulitis edematosa.
·         Existen también algunos tratamientos orales que contienen fórmulas similares a las de las cremas.

Prevención de la celulitis

Manteniendo hábitos saludables es más difícil desarrollar celulitis. Estas medidas preventivas son:
·         Dejar de fumar, evitar el café, el alcohol, los alimentos refinados, fritos y altos en grasas, la ingesta excesiva de sal y el déficit de fibra en la dieta.
·         Beber dos litros diarios de agua.
·         Hacer ejercicio. Correr o caminar es muy recomendable.
En cuanto al ejercicio físico, lo ideal sería trabajar aquellas zonas que son propensas a la acumulación de grasas (abdomen, glúteos, tríceps).
·         Evitar el uso de prendas de vestir que se ajusten demasiado al cuerpo, el calzado  contacones altos y las malas posturas.
·         Controlar el estrés.
·         Tener cuidado con el consumo de anticonceptivos, ya que favorecen la retención de líquidos.

Quién padece celulitis

La celulitis aparece sobre todo en mujeres, aunque no es exclusiva del género femenino, y tiene una gran prevalencia del 95%.
Se estima que entre el 85-98% de las mujeres tiene algún grado de celulitis después de la pubertad, independientemente de su peso.
Los factores de riesgo de padecer celulitis se pueden agrupan en 4 tipos:
·         Factores hereditarios:
o    Género: la celulitis, en su patrón clásico, es casi exclusiva de mujeres, la aparición en el hombre es escasa, solo en un 5%.
o    Raza: las mujeres de raza blanca tienen más tendencia a padecer celulitis que las asiáticas o las de raza negra.
o    Biotipo: las mujeres latinas desarrollan más celulitis en las nalgas mientras que las anglosajonas y nórdicas lo hacen más en el abdomen.
o    Número, disposición y sensibilidad de los receptores hormonales.
o    Predisposición para desarrollar angiopatía periférica.
·         Factores hormonales: los estrógenos femeninos desempeñan un papel predisponente o agravante de la celulitis, y son especialmente importantes durante la adolescencia.
Los estrógenos estimulan la proliferación de fibroblastos e aumentan la actividad de los adipocitos, originando la formación de nódulos celulíticos. Este hecho da lugar a la presencia de celulitis en las mujeres, a su empeoramiento durante el embarazo, en la menopausia o por la terapia con estrógenos, y a que su inicio se produzca tras la pubertad.
Otras hormonas como la insulina, las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) y las hormonas tiroideas también participan en la fisiopatología de la celulitis.
·         Factores relacionados con el estilo de vida: la alimentación tiene una gran importancia en el desarrollo de la celulitis; la vida sedentaria y la falta de ejercicio físico también contribuyen al empeoramiento de la celulitis, así como el hábito tabáquico y el abuso de alcohol.
·         Factores psicológicos: el estrés y la ansiedad aumentan las catecolaminas que, en altas concentraciones, favorecen la formación de grasa.

 Referencias: wwww.clubde lafarmacia(Farmabook ) , www.webconsultas.com



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